Queremos reflexionar juntos.
Si Usted se entera de
que ha desaparecido una persona y por diversas
circunstancias sabe algo, un detalle, una información.
¿Qué haría? ¿Se callaría o trataría de colaborar con los
familiares?
Es lo que venimos a
pedirle.
Han pasado muchos
años –demasiados-, y el tiempo sigue su curso.
Inexorable.
Lo que nosotros
pedimos es poder llorar a nuestros desaparecidos. A
nuestros hijos e hijas, hermanos, padres, amigos,
primos. Se los llevaron hace más de 40 años. ¿No tenemos
el elemental derecho de saber su paradero?
Le pedimos que se
coloque en nuestro lugar por un instante y comparta las
ausencias de todos los días, el día de su cumpleaños,
las fiestas, mire sus viejas fotos, vea la silla vacía
todos los días y en especial, los domingos. No pedimos
mucho, pedimos una mano entre compatriotas, entre
uruguayos y uruguayas.
Si usted vio algo,
sabe algo, conoce algún detalle que nos pueda ayudar a
encontrarlos, le pedimos un gesto de humanidad. No
importa en que circunstancias estaba.
No recibirá ninguna
recompensa, sólo saber que ayudó a otros seres humanos,
sus vecinos, sus compatriotas. Es su opción:
identificarse o no, aporte sus datos, pero hágalo con
responsabilidad, no juegue con nuestro dolor y nuestras
ausencias.
Entregue su carta, su
mensaje en alguna parroquia, templo o sinagoga en todo
el territorio nacional, o en Nicaragua 1332, Apartamento
205, o llame al teléfono 0800 9942 y deje grabado su
mensaje desde un teléfono particular o un teléfono
público, con los datos que nos ayuden a esclarecer lo
sucedido en aquellos años, de 1971 en adelante tanto en
el Uruguay como en el exterior.
Madres y Familiares
de Uruguayos Detenidos Desaparecidos
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